Sube el riesgo país: no hay inversores.
Baja el riesgo país: aplauden los mercados.
¿De qué riesgo país están hablando
señores mercaderes de la Patria?
Sube el riesgo país: guarda el ladrón su dólar.
Baja el riesgo país: la inversión en sangre es más barata.
¿De que riesgo país están hablando,
banqueros, lobbistas, intermediarios con hedor a rata?
Nuestro riesgo país es sólo uno:
es el país en riesgo al que lo exponen
los repartidores de miseria,
los globalizadores apátridas.
Es el país en riesgo, herido y lacerante, lo que cuenta:
la infravida marginal,
sus espolones de desesperación
martirizando a tantos
que de esperar en vano se comieron la espera;
aquellos que no saben qué pasará mañana,
porque su angustia de hoy
les nació ayer de un igual sufrimiento;
el enjambre de la miseria niña
revoloteando su hambre sobre los desperdicios;
el pobre robándole a otro pobre
cuando la dignidad extravió su argumento;
el que creyó en promesas incumplidas,
en las urnas depositó sus ilusiones
y la traición decapitó sus ganas.
Es el país en riesgo lo que debe preocuparnos
y no el riesgo país,
invento de unos pocos,
ganancia de los menos,
pérdida de los más,
arcas repletas de las multinacionales,
bolsillos dados vuelta de todos,
esperanzas frustradas.
Tarde o temprano,
si sucede que la peste avanza,
nuestro lugar habrá dejado de pertenecernos;
es más: ya no estará ocupado por nosotros.
RUBÉN DERLIS -Argentina-
Publicado en el blog rubenderlis
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Hace 1 día
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