miércoles, 1 de mayo de 2013

TE ESPERO SIEMPRE


Ayer una carta recibí.
reconocí su letra:
era ella quien la escribía.
Cuando con ansias la abrí
miré la fecha:
cuatro meses hacía
que la carta ella escribiera
y ésta comenzaba así:
"Mi querido amor,
espero te encuentres bien
y perdones la tardanza;
siempre tuve la esperanza
de un día volverte a ver.
Hoy, con tristeza y pesar,
te escribo para que sepas
lo que puede suceder.
Al recibir tú esta carta
no me encontraré presente
y me llevé tu recuerdo
conmigo para siempre,
y la esperanza de unirme
a tí después de mi muerte
aunque sea en el más allá

Aunque yo me encuentre ausente,
recuerda que te esperé:
fue lo que nos prometimos
y por causa del destino
nuestras sendas se apartaron.
No pudimos encontrarnos
y nunca dejé de amarte;
donde quiera que me encuentre
seré luz en tu camino.
Yo seré la mariposa
que vuela por tu rosal,
de tus lagrimas rocío,
y seré el sol que te hará
despertar cada mañana

Seré la luna que tu sueño vela,
seré de tus sueños lo que en la vida soñamos,
seré del tiempo en tu vida la espera,
seré la lluvia que tu rostro toca,
que te abraza para tus labios besar,
seré de tu sendero la roca
para afirmar tu paso al caminar.
Seré el verdor de tus praderas
y seré el ángel que tu espalda cuida,
seré para tí lo que fui en vida:
una mujer que te amó
y te entregó su amor por vez primera.
Hasta el final de tus días velaré
seré de tus ojos la mirada;
yo seré siempre tu querida amada
y al otro lado del huerto
por ti siempre esperaré.

Yo cerré aquella carta y la guardé.
Era su última carta:
la carta que nunca esperé.
Las lágrimas mis ojos cubrían, y del viejo sillón
el chirrear de los muelles se oía
como si lloraran conmigo ese día.
Cuando con trabajo me levanté,
la luna su luz ya apagaba
y pronto amanecía.
Los rayos del sol mi vista cegaron
y frente a mi rosal ví una mariposa.
Allá, a lo lejos, el sol sonreía,
la mariposa voló del rosal
y se posó en mis manos
para mis labios besar.

Lorenzo Martin -Nueva York-

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