Si los árboles controlan el verde de mi sombra,
si las olas del mar me bañan de la urgente sal,
y el trote de los caballos se apacigua en mi sangre...
Busco la manera
de dejarte en las flores,
tranquilamente,
despacio,
como te lo mereces,
que no sientas mis brazos
soltando tu cuerpo,
que no notes
este abandono pequeño,
que no sientas
mi ausencia imperiosa,
y así nazca de tu persona
otro jardín,
otro perfumado jardín
que se llenará de humedad
cuando caigan de mis ojos
los lamentos.
Busco en otro idioma
hacer de esta cordillera,
el oeste de mi costado izquierdo,
tan imponente y firme como ella.
Busco hacer de tu nombre
una constelación,
busco el anhelado espacio mío,
pero siempre tan nuestro,
me temo...
Quizás sí pueda.
Quizás si lo intento...
Si me hablan por fin
los pájaros del alba,
y me dicen su secreto,
que me enseñen todo eso tan vedado,
lo que no aparece en los libros...
que me cuenten de sus vuelos
cortos y precisos,
que yo trazaré el dibujo en el aire
y habré de seguirlo,
lo haré por ti,
lo haré por mi...
lo prometo,
y cuando ya esté lejos
y apenas hayas notado
que mi aire no te acompaña,
buscaré en los mapas
y veré tu jardín floreciendo,
y me alegraré consciente.
Y en los ocasos,
como El Principito,
arrimaré mi silla de los recuerdos,
para sentarte y sentirte,
profundo
y eterno...
MARITZA ÁLVAREZ -Chile-
Publicado en la revista deliteraturayalgomas
RECITAL ANDALUSÍ EN LOS BAÑOS ÁRABES
Hace 1 hora
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