sábado, 4 de mayo de 2013

NUEZ DEL NOGAL


Quiero zambullirme
en el ruido de las nueces,
para que mi piel de camaleón
se pinte de verde,
aunque no pueda.

Tendrían que abofetear
mi rostro de estaño y cobre,
ajustando todos los dolores
que aparecen, cuando todo varón
trata de cambiar su sino.
Sobre todo cuando viene impuesto.

Láminas de pan de oro
que sólo se dejan ver, y no tocar.
El cráneo devanado
por todo lo que muta
al antojo de los poderosos.
Ruidos de nueces que se rompen.

ANTONIO JESÚS TORRES MÁRQUEZ

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