¡Ay! mi bella nieta Lucía!
tan dulce, tan cariñosa,
tan inquieta, tan preciosa
y tan llena de alegría.
No sé si es amor de abuelo
o quizá es por mis manías,
pero acepto que es verdad,
que el corazón me lo dicta.
Me encanta verla crecer
dentro de esa algarabía,
llena de ilusión y sueños
más bonita cada día.
Es un regalo del cielo
y maravillosa la vida,
al poder ver tan feliz
a mi princesa tan linda.
Le ruego que la bendiga
a Dios en su inmenso amor,
que la preserve del mal
y la quiera igual que yo.
Antonio Jurado (España)
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