Aléjate conmigo. La rutina
que permea tu vida es asechanza
tendida a cada empeño de esperanza
que el fondo de tu espíritu ilumina.
Encadenada estás, y se adivina
tu pretensión de huir hacia la danza
de los deseos libres, sin tardanza,
mas a nivel de empresa clandestina.
Vayamos hacia el alba de los sueños,
por sendas de oro, para hacernos dueños
de tanta aspiración hasta hoy frustrada.
Que al quebrarse el cristal de nuestros días,
sonriamos ante estas rebeldías,
al volver al pasado la mirada.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-
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