Desarmaré tu prolijo peinado,
urgando en tus rubios cabellos.
Encerraré tu rostro entre mis manos,
te miraré con ternura a los ojos,
y sellaré nuestros labios con un beso.
Posaré mi rostro sobre un pecho.
En cerrado cerco sobre mis hombros,
sentiré la ternura de tu leve abrazo.
Luego, haré llegar mi voz a tus oídos,
como arrullo de palomo enamorado.
Te diré de Bécquer algo romántico,
la sonatina de Rubén Darío;
algún poema triste de Amado Nervo,
algo de Neruda, te gusta tanto;
y tal vez, si me atrevo, algún verso mío.
PASCUAL MARIO MORBELLI -Argentina-
ME REBELO
Hace 9 horas
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