Llanto ajeno, acongojas mi esperanza;
cauce brutal, desordenadas mis conquistas.
Estas tan cerca, apenas te percibo,
otoños y primaveras trascienden su velo
ancestral maravilla perpleja las horas.
Tú y yo somos una misma esencia,
átomos y moléculas de un ciclo retroactivo;
cimiento de lo no creado: incausalidad eterna,
nos traicionamos mutuamente,
cuando al reflejo de la forma
no nos reconocemos.
IGNACIO PÉREZ MENÉNDEZ -Cuba-
viernes, 25 de mayo de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario