Llanto ajeno, acongojas mi esperanza;
cauce brutal, desordenadas mis conquistas.
Estas tan cerca, apenas te percibo,
otoños y primaveras trascienden su velo
ancestral maravilla perpleja las horas.
Tú y yo somos una misma esencia,
átomos y moléculas de un ciclo retroactivo;
cimiento de lo no creado: incausalidad eterna,
nos traicionamos mutuamente,
cuando al reflejo de la forma
no nos reconocemos.
IGNACIO PÉREZ MENÉNDEZ -Cuba-
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Hace 17 horas
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