JARDINERAS
Un narciso, enamorado
de una nubecilla blanca,
se ahogaba en su propio llanto.
Una blanca mariposa
sobre un nardo distraído
soñaba que era una rosa.
Una abeja ensimismada
extraía de una camelia
lo que sería miel dorada.
Un geranio soñador,
bajo la noche estrellada,
sangraba herido de amor.
En el jardín del olvido
el recuerdo de tu aroma
daba a mi vida sentido.
JUAN CERVERA SANCHIS -México-
DE FACEBOOK - 6141 - ESPABILAR
Hace 4 horas
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