2211En Sounion, frente al mar, la columnata
del templo a Poseidón aún se resiste
al embate del tiempo. Azul y plata
retoza el oleaje, abdica, insiste.
En la base, egocéntricos turistas
arañaron sus nombres; uno de ellos
Lord Byron, el poeta. Los artistas
pueden parir belleza y atropellos.
2212No llegaré al invierno de la mente,
que encoge las ideas, y congela
las regiones del alma a nieve y hielo.
Ni al otoño que adusto se arrepiente
de los atardeceres de acuarela,
ni al verano asfixiándome en el vuelo.
Residiré en la espléndida ribera
de mi feraz, interna primavera.
2213Sobre la arena de la playa, a dedo,
y en grandes letras escribí tu nombre,
para que todos al pasar lo vieran.
Mas llegó el mar, y por envidia o miedo,
se lo llevó consigo. ¿O fue algún hombre,
uno de tantos que su turno esperan?
2214No sé si estoy en ti o en torno tuyo,
mas sé que estás en mí y en derredor,
llenándome ambos mundos.
Ni clamo posesión, ni me atribuyo
dotes de habilidoso sembrador;
pero sé que mis campos son fecundos.
2215Puedo en los ojos mantener reflejos
de este mundo otoñal que me rodea,
y serán solamente un par de espejos
en que mi íntima aurora no alborea.
Puedo también tornarlos en cristales
que mi universo intrínseco revelen;
pero sin acercarte a mis umbrales
nunca sabrás cómo tus huellas duelen.
FRANCISCO ÁLVARES HIDALGO-Los Ángeles-
No hay comentarios:
Publicar un comentario