PINO CENTENARIOA un lado del camino,
cerca de la Casa de Piña,
donde empieza La Pinaleta Boquilla,
ayer polvoriento, hoy asfaltado,
hendido en tres,
surges desafiante,
elevando tus ramas al cielo.
El viento, el Levante fiero,
apenas si agita tus verdes hojas.
La lluvia te acaricia y te alimenta
para que sigas creciendo
y sirviendo de freno al conductor imprudente.
El hacha no se atrevió a derribarte
y permanecerás, ahí, erguido y orgulloso
junto a un camino de ensueño
donde el sol juega al escondite
entre las ramas de los pinos
llenándolo de luces y sombras.
JOSÉ LUIS RUBIO
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