IMAGEN EN NEGATIVOEl cine, denominado “séptimo arte”, alcanzó su cumbre, tal vez, en los años cuarenta y cincuenta, cuando la experimentación y el desarrollo del medio permitieron crear auténticas obras de arte. El blanco y negro, la falta de efectos especiales perfectos y una gran pléyade de directores, actores, actrices, guionistas, músicos... hicieron posible el milagro en las pantallas. Después vino la monotonía, la repetición y la búsqueda del “algo más”, que sólo significó aburrimiento y decadencia.
Los años sesenta tuvieron algunas meritorias obras maestras, lo setenta fueron un tropel de desastres cinematográficos. No hablemos de los ochenta y los noventa, y menos de la nueva hornada del siglo XXI. El cine ha dejado paso a la técnica: ya no priman buenos guiones, o magníficas interpretaciones, o bandas sonoras pegadizas pero elaboradas y dignas de figurar en los programas de las mejores orquestas y músicos del mundo. No, ahora vende el mercado, como en todas las demás facetas del arte. El mundo burgués absorbe y destruye todo lo que toca, incluidas las mejores cualidades de la creatividad humana.
Publicado por
Francisco J. Segoviaen su blog Espartaquiada.
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