PLAZA DE ANDALUCÍA
Aquella primigenia
Plaza de Andalucía
era un animado y variopinto
maremagnum de placeres:
headerías, restaurantes,
tiendas diversas,
pubs, cafeterías,
pizzerías italianas,
en definitiva un dédalo
intrincado de comercios
donde la gente iba y venía
sin descanso, exultante
de vitalidad y de bullicio.
Ahora un mismo nombre
retrata una realidad
totalmente antagónica
y decadente.
Apenas se ve ambiente,
todo es taciturno
y triste,
excesivamente moderno
y refinado,
carente de nervio
y de chispa.
El corazón de Algeciras
envejece y decae.
Ahora todo
va más despacio.
Apenas se sirven
ya helados
en las terrazas.
Del libro Tristeza en el Gran Espejo Dorado de JUAN EMILIO RÍO VERA
viernes, 9 de septiembre de 2011
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