2519 Cierro la mano. Es aire lo que aprieto.
No queda más. Un aire perfumado,
mas aire solamente.
Sostuvo todo un mundo y fui completo.
Pero se evaporó. Yo, mutilado,
sin más que un leve aroma en el ambiente.
2520 Cada lecho en que yago no es el suyo,
ni es el mío tampoco, peregrino
por mundos de placer tan incompletos.
Cómo me disminuyo,
siempre en aspiración, siempre en camino,
fiel objetivo, frívolos objetos.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-
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