jueves, 8 de septiembre de 2011

POEMA

EL ESCRIBIENTE

Debe de tratarse
de un documento importante
porque el escribiente
está volcado sobre
el papel blanco
y su rostro refleja
concentración absoluta.
Tanto es así
que la nariz se confunde
con el lapicero,
largo y afilado,
que no cesa
de trazar letras
-negro sobre blanco-
y de hilvanar frases
para vencer al olvido.
Lo escrito permanece
y da fe de lo vivido
y lo pensado.
El escribano es
consciente de lo
que significa su trabajo
y pone en ello
toda su ciencia
y su desvelo.

Del libro Tristeza en el Gran espejo dorado de JUAN EMILIO RÍO VERA

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