sábado, 26 de febrero de 2011

POEMAS

SIGO

Sigo creyendo en los sueños,
sigo creyendo y creyendo,
creyendo en los sueños sigo
y sigo creyendo en ti
y en mi sigo creyendo;
que yo vivo de creer
en los sueños que yo creo,
en los sueños que creo yo
con creador y amante aliento,
que yo sin sueños, mi amor,
¡oh amor, mío,! sin tu sueño,
que es el sueño de mi vida,
no sabría seguir viviendo.

FABULA DEL HOMBRE MAS POBRE

Los investigadores de la pobreza de aquel país
a punto estaban de volverse locos en la busca
del hombre más pobre, entre los pobres del mismo,
dado que, cuando ya daban por hecho que lo habían
descubierto, de inmediato aparecía otro aún más
pobre que él, por lo que aquella investigación
parecía convertirse en el cuento de nunca acabar.
Todo lo contrario había resultado encontrar al
hombre más rico. Su riqueza era tan notoria que
que nadie tenía la menor duda de que aquel hombre
era el más rico entre todos los ricos del país.
El problema surgió cuando se decidió buscar al más
pobre ya que los pobres abundaban por todas partes
día con día y eran cada vez más en número y en el
grado de pobreza.
Por el contrario, el hombre más rico, era cada vez más
rico, ya que mientras la pobreza se expandía de manera
escandalosa, la riqueza se concentraba con desmesurada
atrocidad.
Los extremos entre la pobreza y la riqueza en aquel
país llegaron a tal punto que no pudieron evitar enfrentarse
entre sí y cuando vinieron a darse cuenta ya no hubo
ricos ni pobres, sino muertos y ruinas por todas partes.

UNA MUJER
A Juan Cervera Rueda, mi padre.

Una mujer gritaba,
jugándose la vida,
por las calles de Brenes,
pueblo de la provincia de Sevilla,
Andalucía:
“¡¡¡Franquistas, asesinos!!!”
Una mujer gritaba como loca,
acababan de matar a su esposo,
el padre de sus pequeños hijos.
Una mujer gritaba sin que nadie la oyera,
aunque todos la oían en aquel triste pueblo.
Una mujer gritaba, y lloraba y gemía,
sin consuelo de nadie,
sola y desamparada, fatalmente viuda
y con su vida rota para siempre.
Una mujer, mi madre.
...Por las calles de Brenes,
pueblo de la provincia de Sevilla:
“!!!Franquistas, asesinos!”
El eco de su voz resuena todavía
por ese Sur de España,
en que aún, ¡todavía!, claman en las barrancas,
y en las hoscas cunetas de las viejas veredas,
esqueletos sin nombre.
Una mujer gritaba,
gritaba una mujer, ¡ay, dolor!, ¡ay, dolor!,
y seguirá gritando, aunque ella ya esté muerta,
pues hay gritos tan hondos y tan altos
que nunca, nunca, nunca,
¡nunca jamás se extinguen!

TODAVÍA
Para Axaí, la única

Te digo que todavía
la luna, noche con noche,
me ilumina y acaricia.
Luna lunita lunera,
luna que envuelves mis noches
con suavidades de seda.
Por los balcones soñantes
sigilosamente entras
a la alcoba de mi alma
y la inundas de belleza.
Luna, luna, luna,
acariciadora y tierna,
que solito estaría yo
si tú desaparecieras.
Monedita de oro puro
yo te guardo en mi cartera
para que mis pobres días
tengan algo de riqueza.
Luna de mis noches niñas,
luna de mis niños cielos,
luna hechizante y callada,
luna de mi amor primero,
te digo que todavía
sigues reinando en mis sueños.

JUAN CERVERA SANCHIS

No hay comentarios:

Publicar un comentario