miércoles, 10 de marzo de 2010

Homenaje a Miguel Hernández

SOY EL LÁZARO QUE AL FIN HALLÓ TU FRENTE
Soy la patria desde el sol que no me mira

Me levanto desde el norte hasta la sombra
que agita cementerios y planetas
me arrepiento de vivirme sin tenerte
desde el día que miré mi espejo roto

(Mi Dios ya no podrá soñar conmigo
mi voz descubre el mar y todo el mundo
Con mi nombre se construye cada estrella
La pampa se ilumina con mi paso)

No recuerdo un solo día sin nombrarte
mi herida mi muerta mi lejana
Ya no puedo regresar al viejo cuerpo

SOY EL NUEVO CIUDADANO DE LA MUERTE

Soy la patria del dolor y su cuchillo.

Andrés Morales
AQUEL TORO…

(A MIGUEL HERNANDEZ)


El toro sin memoria olvidó un día
El nombre del pastor de aquel rebaño.
Queda un eco de versos como engaño
Que a las tablas de sombra allí le guía.

El toro apenas sueña una elegía
Que estercola la tierra en su aledaño
Y sombras de unas rejas que hacen daño
A un martir de la vida y la poesía.

La nana no es amarga seguidilla,
Ni sangre de cebolla que amamanta
Sonetos sumergidos en la pena.

El toro ya no es toro. La puntilla
solo pudo callar a una garganta.
Quedamos las demás sobre la arena.



Antonio Muñoz Maestre
















Ausencia de mi Pluma

Mi pluma se detuvo y se por qué, Amor te tengo y se que te tendré
Sentí que quizás te aburría, expresándote con mis versos, que,
en mi, estas siempre presente., no dejo de ser romántica y por ti poeta, no dejo de amarte y por ti sufrir
Llego la paz y ojalá cese la tormenta., reina el Silencio y hablan las miradas, tratando de expresar lo que no sale de tus labios y temes decir.
Y si me dejaras de amar, que Dios me ayude a Soportar el dolor que has de causar. Y si te faltara yo, porque inerte la vida me deje, pídele a el que me perdone, si te fallé y a terminar tus días no te acompañé.
Salud, Amor y ternura pido para los dos, que Dios nos Bendiga, y nos perdone si en algo hemos fallado, que perdone nuestros pecados y purifique nuestras almas, que tengamos larga vida y una eterna unión Matrimonial, que durmamos juntos, como un par de Angelitos en el lecho de nuestro umbral, que no deje que la monotonía nos haga titubear, que nos demos muchos besos y sintamos nuestro corazón palpitar y por siempre nos podamos amar.

Aida Luisa León Hernández















La isla negra de los loas.
¿No cesará este rayo…?


En la tierra del vudú, sí, en la antigua isla negra
Todos los loas temblaron, sí, en la isla olvidada
Los negros dioses se estremecieron, se lamentaron
Lloraron los dioses-loas, lloró el folklore
Gimió Papa Legba, custodio de los caminos
Caminos de niños, mujeres y hombres
Caminos segados, caminos truncados

Millares de muertos por el gran temblor asesino
Terremoto caprichoso, sin aviso ni piedad
Terremoto sospechoso, lleno de maldad
Pobre Haití, otrora primogénita libertaria
Tierra de la bella Erzulie, toda danza y amor
Tierra de loas, ahora ya sin bosques ni aguas
Tierra arruinada, ahora y siempre explotada

Damballa, serpiente dios, herido en su corazón
Luminoso padre de todos los negros loas
Infértil deidad ahora, ciego y mudo ahora
Sin arco iris ni ríos protectores
Tierra antigua otrora verde, hoy reseca
Ahora solo polvo y escombros, hedor y muerte


Zombis humanos de plaza en plaza
Sin techo, sin lumbre y sin sombra
Solo asombro y miedo, pavor y llanto
Ghede abrió las puertas y reclamó su pago
Kalfu se adueñó del día e hizo eterna la noche
Rayo apocalíptico de sangre, pena, muerte y dolor

Dicen, y no son mentiras mías
Que un hombre blanco fue el culpable
Dicen que apretó un incandescente botón rojo
Y que antenas desconocidas hicieron lo suyo
Antenas gigantes de gigantes brazos electrónicos
Cual criminal Goliat contra un inerme David
Goliat tocó el Arpa en la eterna tierra de las nieves
Desde la tierra usurpada al esquimal

Un evangelista falsario justificó la masacre
Maldijo a la isla por ser antigua tierra de insurrectos
Alabó el tiempo de desgracias, lágrimas y lástimas
Desconoce, sin dudas, de historia y solidaridad humana
Predicador ignorante, mal intencionado y sordo
No perdona que el haitiano sea cristiano
No sabe que aún se oyen los tambores en la isla negra
Los tambores caribeños de Ogoun y Nago Shangó.

Marcio Ulises Estrada Paneque.
Manzanillo, Cuba. 21/02/2010.

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