Y nada, campeador
venirte a asomar a mi ventana,
siempre abierta a admirar soles
en interior del mío soto...
y yo, experta en batallas campales.
Con flores a adorarte
no solo decoro cabellera.
Lo primitivo en mi amar
viene de vidas antiguas; intensas.
Quieres que hable de gestos que traducen
emociones,
describa manos en pieles
y pieles caídas entre las tuyas.
Que aquí siempre he estado
que nunca me he ido.
que danzo bajo los árboles
abro paso a tus sentidos.
¡Ven que siempre te veo!
De mi lado no te mueves.
Quieto,
fijo,
dentro vienes
Y ahora salirte de mis sueños.
Vestida de hojas verdosas
pisoteadas las más secas,
dos cuerpos, el mío, el nuestro
historias y más letras...
Luna dormida
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