Otra vez, de nuevo,
amanece despejado
de ilusiones el cielo
y los.pájaros cantan,
por rutina, al anhelo
detrás de la cortina
del pensar en duelo
Es amarga el azúcar
en el café del desvelo
donde mueren los.sueños,
que, otra vez, mueren lejos.
Le fallé a la esperanza
y me niega su consuelo
Otra vez, ando lento,
lento como un letargo,
para que no tropiecen
mis ojos con mi acaso
y me pregunten, curiosos,
"¿donde mora el fracaso?"
Guillermo Sánchez
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