Alzar la voz más allá
de las cavernas de la intolerancia.
Poner ante las balas
el cuerpo y luchar contra la ignorancia.
Verter espíritu y sangre
en el crisol del que nacen las libertades.
El agua es una sola madre
aunque la Tierra la surquen siete mares.
Solo hay un corazón, Malala,
un alma que despertar
y tú sacudes las nubes, Malala,
la lluvia fresca de la Libertad.
Solo hay un corazón, Malala,
un alma por despertar.
Mirar a los ojos del odio
y hacer brotar flores en el cañón del fusil.
Levantarse, sacudirse el polvo,
hablar con la fe de un niño y sonreír.
Que la vida, querida Malala,
da lecciones magistrales a través de tus labios
y la sabiduría que emanas
vuelve fértil un campo antes árido.
Solo hay un corazón, Malala,
un alma que despertar
y tu sacudes las nubes, Malala,
la lluvia fresca de la Libertad.
Solo hay un corazón, Malala,
un alma por despertar.
ALFONSO BARO -Puerto Real-
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