Mis manos tomaron la luna blanca
el nácar creciente que brillaba junto al cielo;
se fusiona el amor con el mar espumante,
ovillando sus hechizos y su rubio pelo,
acunando tierna dulzura en su risa amante.
Tocaron sus labios y dulce boca
saciaron de sus encantos, néctar y sabor
y en el rubor de sus mejillas tersas y rosas
encontré ojos azulinos su bello color;
prendada quedé con dulzuras amorosas.
Arrobada, bebí de luna blanca,
de azules océanos su belleza y fortuna
navegué en el vaivén de sus olas espumantes
descendiste a mis pies, mis orillas y laguna
bebiste de mi fuente cristalina y diamantes.
Amasé sus encantos que trastocan
mi boca, que acarician mi cuerpo tibio en celo,
ojos azules que tocan mi duna candente,
sus manos cual ramos de rosas sobre mi pelo
y su mástil descendiendo a mi luna muy ardiente.
Rosa Elizabeth Chacón León -Perú / Estados Unidos-
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