En la cabeza nació un jardín,
que todavía espera el olor.
Qué hermoso,
floreció en una armonía de colores.
Detrás de la puerta encantada,
abierta a la sensación, se
encuentran
dos cabezas caídas
de girasoles maduros.
Inclinándose, probablemente
amará la deriva en la distancia.
El viento
cerró las puertas encantadas,
sintiéndose insuficiente.
Sabía
que el jardín puede estar hecho
y el amor
debe ser sentido.
Eliza Segiet -traducido por Artur Komoter-
No hay comentarios:
Publicar un comentario