Hoy he comido tan bien la comida, que mi aparato digestivo lo agradece, ahora voy a verte a ti en seguida, tú eres la sustancia propia que me nutre, igual que el alimento de la comida preferida, que se transforma en el aparato digestivo, tu siempre transformas en amor cada latido; y medito profundamente porque estoy a ti adherido. La verdad es que digiero lo que me haces pero la realidad es que no me haces nada malo y profundamente medito y me digo que soy pobre tonto por no venirme de una vez a vivir contigo. Y envuelto en mis cabezonerías en algo que no digiero. Son virus del cerebro que se alimenta de mis dudas y haga lo que haga nunca estoy tranquilo. Solo contigo medito filosóficamente sobre la vida y de nuestro futuro sin futuro, mientras mis indecisiones no se acaben o algún químico someta mi cuerpo para que digiera y limpie todas mis inseguridades.
Juan Abellanpico
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