No solo la ofendiste
con tus constantes celos
también la golpeaste,
sin importarte tus hijos,
ella por ellos tomo la decisión
de ti la separación,
y aun así la amenazaste
ni con eso no entendiste,
que ya no había amor,
tú lo convertiste en dolor
si dices amarla,
en libertad déjala,
no te conviertas en un ogro,
en un símbolo de peligro
para tus pequeños hijos,
reflexiona por ellos,
cambia por tus pequeños,
que tus celos enfermizos,
no te lleven a cometer malos actos,
donde ya no haya regreso,
donde puedas ir preso,
entiende déjala vivir,
pues el amor dejaste morir.
Victoria Baltazar -Perú-
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