Y gritando la verdad
la España muy trabajada
por el poder maltratada
reclama su dignidad.
Y sin pedir caridad
recorre, calles y plazas
con su voz y sin corazas
con su pecho al descubierto
con su corazón abierto
van callando las bocazas.
Del poder asesino
y que con leyes para millonarios
ensucia nuestro sino
y con sueldos falsarios
nos llevan a vivir imaginarios.
Destinos donde fluir.
Vivir.
Una existencia plácida.
La vida.
De amor hasta arriba llena.
Sin pena.
Donde crezca yerbabuena
donde el aire nos despejen
y donde amigo nos dejen
vivir la vida sin pena.
Carlos Puchelar
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