viernes, 23 de diciembre de 2016
AQUÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO
Cada frase es más fango a la garganta.
Cada paso alimenta con excreta alguna fosa.
Sépalo o no, quiéralo o no,
el sendero lo señala algún Mesías.
Cae un rayo, suena un trueno
y cualquier sitio se convierte en pesebre.
¡Dios! ¡Dioses!
¿De dónde salen tantos dioses voluntarios?
Aquí en la tierra como en el cielo.
Algunos mirlos creen
que su plumaje es blanco.
Miguel Crispín Sotomayor -Cuba-
Publicado en Editorial Alebrijes
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