De conocer antes a Joni Mitchell,
hubiese tenido con ella
cinco muchachos.
Uno tendría por nombre:
John Coltrane;
y los otros: Miles Davis,
Charles Mingus,
Max Roach
y Herbie Hancock.
Iríamos a recorrer
el Central Park
los calurosos días del verano
neoyorquino;
y, aunque menores de edad,
los llevaría conmigo
a los clubes de jazz
más famosos
diciéndoles: “No tengan miedo
mis hijos, porque
absolutamente nadie
les pondrá
un dedo encima.”
Vayan, entreténganse
con esos instrumentos,
y hagan bulla.
Eso sí, con armonía.
Y Joni, de pie en el escenario,
orgullosa de su prole
seguiría a Herbie
en el piano,
y a Miles con su trompeta,
¡Oh Dios!
No sientas celos. ¡No! No,
me condenes autócrata,
no soy hereje, nunca quise
dejarte afuera del Quinteto.
DANIEL MONTOLY -República Dominicana-
Publicado en La Biblioteca
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