Quiero
atravesar
con mis ojos tu mirada.
Contagiarte mi deseo…
Que nuestras
manos vuelen como alas
de la sed y del sentir;
-aunque sea, sólo por un día-
Que el azote
de la bilis de tu lengua
sea humedad del océano…
Que las olas de mar bravío
acaricien la brisa
de la lujuria y del desenfreno.
Que tu cintura
de guitarra sea el mástil
- arquetipo de este velero-.
Que el eco
del viento sea puro aliento.
Y ya anclados
entre puerto y horizonte
modulemos el parnaso
de la orilla de nuestras emociones.
Joaquín Lourido Andrade
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