Muy lejos del camino,
te confortaba,
magnífico destino,
como de almohada.
Escondido en la cima,
cual saltamontes,
asceta con buen clima,
agua de montes.
Robas leche de cabra,
por tu sustento,
y en la tierra que labra,
labriego lento.
Caminas sin sendero,
por pedregales,
luciendo monedero,
con mil reales.
El botiquín de urgencia,
gafas oscuras
y de nueva tendencia,
tu vestidura.
Hasta el móvil te llevas,
¡válgame el cielo!,
electrónica abrevas,
vaya un camelo.
¡Ay!, ermitaño breve,
desilusionas,
ese ascetismo leve,
no te funciona.
Julio G. del Río -Valencia-
No hay comentarios:
Publicar un comentario