A tumbos me aparto de ti,
con la mirada pérdida,
al convenir que alejarnos será lo mejor,
me estrujo el corazón
para no desistir.
Lapido mis emociones
con tus últimas palabras,
las oigo bramando en mi interior,
tratando de remover de tajo
lo que surgió como una ilusión.
Debo asimilar que no basta
con hablar con sinceridad,
con desbordar el alma,
se necesita algo más,
algo que no se explicar.
Revuelvo mis pensamientos,
hasta alcanzar los guetos de mi mente,
donde residen mis sueños
transgredidos, estériles, inertes.
Todo en búsqueda
de un poco de lucidez,
pero no la encuentro,
solo hay desolación,
lúgubres percepciones
de los días que vendrán.
Me doy cuenta que lo que requiero
es andar con seguridad,
no encuentro mejor manera
que unas botas de cemento,
que me acabo de calzar.
ERIC URÍAS
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