No quiero quejidos de llanto...
ni flores sobre mi ataúd,
yo solo quiero un canto...
para llevarme un recuerdo...y...
de mis amigos su gratitud.
Sus lágrimas arañan mi mente,
aunque he dejado de existir...
lamentos escucho de los presentes...
de aquellos que interesaba mi vivir.
El día encuentro funesto...
marchito mi corazón de poeta,
en laberinto de muerto encuentro,
condenado a morir de repente.!
Cuando yo me vaya...alegría!
quiero de ustedes sentir...
así como Dios me dio vida...
yo la entrego sin sufrir...
prefiero me recuerden día a día,
en su corazón latir!
Jose Luis Hernandez Garcia.
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