BAJO LA LUNA PLATEADA
Bajo una luna plateada
que se cuela por la ventana,
y cubre de embrujo la noche
en la fragante madrugada.
Lloro sobre mi almohada
cálidas lágrimas resignadas,
y por olvidar hasta olvido
que tu amor es un suspiro.
Y solo dura lo que una ola
que arrastra devastadora,
para luego ir suavemente
a morirse en la orilla sola.
Igual que esa ola solitaria
mi amor se muere de pena,
una noche fresca de Abril
sobre tus aguas serenas.
Con tantos amores yertos
fruto de mis desamores,
fui abonando mi huerto
que ahora es campo baldío,
hoy, el pobre corazón mío
es como un páramo yermo,
donde arden los rescoldos
de las almas condenadas
a calcinarse en el Averno.
AGUARDARÉ
Te espero cuando brille
como un espejo bruñido,
sobre la mar encalmada
la Luna con la pleamar.
Aguardaré a medianoche
zozobrante tu llegada,
desnuda sobre mi lecho
te esperaré ilusionada,
de madrugada te dejaré:
beber de ese manantial
inagotable de mis pechos,
naufragar en la marejada
sublime de mi silueta,
por ese vasallaje pagaré
largo tributo de lágrimas.
Tu calla, no digas nada
no equivoques las palabras,
regocíjate con el legado
de esta piel nacarada.
Gozarás de una velada
de placeres imborrable,
una dádiva memorable
que no podrás repetir.
Sucumbiré a ese desliz,
por una vez complaceré
tus obscenos caprichos,
tu lujuria más placentera,
me convertiré vanidosa
en tu cuerpo enredadera,
seré hontanar de gozos,
fontana para tu sed,
sedante para tus ansias
seré…tu única mujer.
Ansío tus caricias suaves
remanso tras la refriega
orilla, en tu caleta serena.
Oleremos de mis jardineras
esa aromática fragancia,
sutil de la hierbabuena.
Será para mí una ofrenda
excitante, inolvidable,
aquella estrella de sangre
olvidada entre mis piernas.
Paco Lainez
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