miércoles, 9 de mayo de 2012

"SUEÑO CUBANO-AMERICANO"

¡Oye niña, te dije que te apuraras!

¡Elsa, estoy hablando contigooooooooo!

Elsa salió de la casa con una jaba de nailon en una mano y la libreta de abastecimiento en la otra. Después de haber sonado toda la noche que era una estrella de Hollywood tener que ir a comprar los huevos le parecía una tragicomedia. Una cuadra antes de llegar a la carnicería ya se veía la fila de personas: “ño, tremenda cola”

-¡El último, el últimooooooooooooooooooo…!

Esto es algo peculiar en cuba las filas tienen muchos primeros pero difícilmente encuentras un último. Así que es común tener que gritar durante cinco minutos o resignarte y ubicarte donde puedas.

- Niña, guíate por mi que voy detrás del señor con espejuelos, ese de ahí, el que esta al lado del calvo. Le dijo una señora llena de collares y pulseras.

Elsa tomo asiento (el contén de la acera) y mientras la cola avanzaba con pasos de tortuga ella hecho a volar la imaginación:

Elsa no se ha bajado de la limosina y ya las cámaras se acercan curiosas, el conductor anuncia: ¡Bueno, aquí esta la chica mas esperada de la noche, Elsa Pérez!

El conductor se acerca malicioso y simpático como todos los conductores a la hora de entrevistar a las estrellas. Se dirige a Elsa con una gran sonrisa:

-Elsa llegaste hace 1 año en una balsa hecha de neumático de camión desde Cuba y ya eres famosa por tu música, el público te adora. ¿Qué hiciste para llegar tan rápido a la cima, brujería? jajaja…

Elsa muestra una sonrisa fingida y responde:

-No, es un don natural de las mujeres cubanas tener la capacidad de adaptarse y sobrevivir bajo cualquier situación estresante, Hollywood nos queda pequeño créeme jajaja…

-Si, conozco a muchos cubanos y todos tienen una increíble fuerza de voluntad para sobrevivir, no es fácil la vida en Cuba con el régimen comunista. ¿Tu qué dices al respecto?

-Yo sólo compongo música e interpreto mis canciones y las letras de otros excelentes autores, si me interesara la política me hubiera postulado como senadora.

-Creo que tu éxito ha sido casi como una postulación al senado jajaja… Estas nominada a los grammys en la categoría de Mejor nuevo artista y en la categoría de Canción del año. Es increíble realmente todo lo que has logrado en un año. Se ha vendido un millón de copias de tu disco “Con alma desnuda” y una de las piezas del disco esta nominada al premio óscar en la categoría de Mejor canción, eso es fantástico……

¡El último, el último, el últimooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!

Elsa salió de su letargo, se dio cuenta de que estaba en la fila de la carnicería y de que una mujer con cara de asesina en serie estaba buscando como loca a la última persona, así que se apresuro a contestar:

-Yo, yo soy la última.

La mujer la miro con una cara que daba miedo y se acerco a Elsa murmurando: “esta chiquita es loca o comemierda”

-¿Niña, detrás de quien tu vas? Le pregunto con mala forma.

-Detrás de la señora de los collares. Contesto Elsa de muy mal humor, revirándole los ojos a la mujer y volviendo hacia sus sueños:

-Bueno. ¿Dime qué sientes, qué te parece este cambio en tu vida? Continuo preguntándole el conductor que desde que se bajo de la limosina no la había dejado avanzar ni tres pasos por la alfombra roja.

- No tengo palabras para describirte lo que siento, estoy realmente feliz, me siento con mucha energía positiva y ganas de seguir trabajando. Gracias a dios todos mis sueños se están haciendo realidad……

-¡Niña, despierta que estas en las nubes, dale camina que la gente se cuela! Le dijo la odiosa mujer a la que había acabado de darle el último.

Elsa la miro con ganas de estrangularla, mira que su familia siempre le decía que hay que respetar a las personas mayores, pero hay cada viejo en la calle que te sacan de quicio y esta vieja con rolos en la cabeza y bata de casa era una de ellos. Elsa se levanto del contén y avanzo hacia la puerta de la carnicería. Total tendría que estar parada allí unos 30 min más porque habían como diez personas por delante de ella todavía. Que vieja más pedante, fea y ridícula, se parecía a la novia de Frankenstein. Se recostó al marco de la puerta y siguió absorta en sus pensamientos, quería revivir cada momento de su sueño y aportarle ideas nuevas.

-Te confieso que nunca pensé que algo tan maravilloso podría pasarme a mi, vengo de un barrio marginado y de una humilde familia. Siempre tuve la sensación de que en mi vida ocurriría algo grande y sorprendente, todos decían que era una idealista. Escribo canciones desde los 15 años, el disco que acaba de salir contiene mis esperanzas, vivencias y emociones guardadas durante mucho tiempo. Que puedo decirte estoy donde siempre quise estar… Las luces de las cámaras cegaban los ojos de Elsa y el público del otro lado de la cerca gritaba emocionado, trataban de alcanzarla. De pronto alguien logro tocarla por el brazo…

Elsa volvió en si, la mujer de los rolos la estaba tocando por el brazo y delante de ella la mujer de los collares le gritaba a un hombre que intentaba colarse, que alboroto, la gente de la cola estaba alterada y gritando. ¡Es un descarado, porque el no va ahí! Decía una muchacha parada en el medio de la puerta. ¡Aquí no se a colar nadie! Gritaba un hombre desde lo último de la cola. ¡Oye ponte para esto! Le decía la mujer de los rolos a Elsa. La tenían loca, Elsa entro a la carnicería diciéndose a si misma que si la vieja de los rolos la volvía a molestar le iba a decir hasta del mal que iba a morir, porque era muy atrevida al estarla empujando por el brazo. Elsa la miro con ganas de arrancarle los rolos y se quedo parada delante del mostrador esperando que le tocara comprar.

-Ha sido un placer hablar contigo, espero que aceptes venir a mi programa para entrevistarte. Gracias, te deseo muchos éxitos en tu carrera y en tu vida personal. Le dijo el conductor a Elsa.

Elsa Avanzó por la alfombra roja, el público estaba eufórico, la llamaban y le pedían autógrafos, Elsa se acercó a una jovencita que estaba totalmente inclinada en la cerca extendiéndole un poster con su fotografía para que se lo firmara. Elsa la miro sorprendida porque la jovencita tenía lágrimas en los ojos, le dio su autógrafo y un abrazo.

Cuantas veces había soñado con ese momento, para ella eso era una película en la cual nunca podría obtener un papel, aunque siempre había mantenido escondida la esperanza de que un día lo alcanzaría. Era una discusión interna entre su lado positivo que le decía “tú puedes obtener todo lo que te propongas” y su parte negativa que le decía “no seas boba, a las personas como tú no le pasan esas cosas”. Elsa posaba para las cámaras mientras pensaba en esto y se decía: “al final fue mi lado positivo quien gano la discusión jajaja…”

-Niña le he dicho mil veces a tu mamá que no puede mandarte a la carnicería. Le dijo el carnicero con el seño fruncido.

Elsa reacciono y miro confundida al carnicero entregándole la libreta de abastecimiento al carnicero. El carnicero la miro con una cara peor y le dijo señalándole un cartel con letras grandes y roja que había en la pared:

-¡Tu no sabes leer, no se le despacha mercancía a menores de edad!

Elsa estaba roja como un tomate, furiosa, después de haber hecho toda esa cola, con la gente arriba de ella, el sol, el calor, la gritería, aguantando malos tratos y ahora este viejo pesado diciéndole que no le podía despachar los huevos porque ella era menor de edad. Estaba al borde de un ataque, pero se controló pues una estrella de Hollywood como ella no podía rebajarse a una escena tan desagradable con un carnicero. Así que lo miró con una sonrisa fingida (la misma que le había dedicado al conductor) y le dijo:

-Pepe, ya voy a cumplir 14 años así que no soy una niña pequeña, mi mamá no puede venir porque mis hermanitos gemelos están enfermos los dos y ella esta sola cuidándolos en casa. Llevo 3 horas haciendo la cola por favor, despáchame hoy los huevos y yo le digo a mi mamá que para la próxima venga ella.

-Vas ahora para tu casa y le dices a tu mamá que si quiere comer huevos fritos, que venga ella a buscarlos, porque si viene un inspector el que va a tener que pagar la multa soy yo. ¡El próximo!

En las carnicerías cubanas no hay un conductor amable, ni una alfombra roja y mucho menos carne roja. Elsa estaba frustrada y humillada ese pedante la dejo con la palabra en la boca y eso no se iba a quedar así, si ella llegaba a su casa sin los huevos y su mamá tenía que venir a la carnicería se iba a formar la tercera guerra mundial. Ya iba a discutir con el carnicero cuando la mujer de los rolos la toco por el brazo, Elsa se viró dispuesta a discutir también con la vieja pero la mujer tenía la mano extendida y le dijo:

-Dame la libreta y el dinero niña, yo te compro los huevos. Porque no es fácil estar 3 horas aquí por gusto.

Elsa se quedo sorprendida, tenía la misma expresión con que había mirado a la jovencita que le pedía llorando su autógrafo en el sueño. Ahora era ella la que tenía los ojos aguados por la impotencia frente al carnicero pedante y el remordimiento por todas las cosas feas que le habían pasado por la cabeza sobre la señora de los rolos. Le dio a la señora el dinero, la libreta y las gracias. La miraba estupefacta y se decía: “como es posible que esta señora que comenzó murmurando que yo era loca o comemierda me este haciendo ahora el favor de comprarme los huevos. Los humanos somos seres raros, reaccionamos de forma tan distinta y cambiante que nos confundimos entre nosotros mismos creando juicios falsos, actitudes equívocas y provocando situaciones desagradables que nos perjudican a todos.” Salió de la carnicería y se volteó para darle las gracias nuevamente a la señora.

Del libro Sueños de mujeres de MAYDOLL MORALES PÉREZ 


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