HASTA LA ERMITA
Un sendero, entre árboles
cargados de amarillentas flores,
lleva hasta la ermita,
que en lo alto del montículo
domina majestuosamente el escenario
bajo un cielo cubierto
de caprichosas nubes blancas.
Nadie en el camino.
Silencio en el aire.
Sólo los árboles,
sólo ellos, que el viento
dobló antaño ligeramente
acarician con sus copas el cielo.
Arriba, sobre el promontorio,
domina la cúpula semiesférica
de la ermita de Santa Ana
desde donde el caminante,
que visita a la Santa,
tiene a sus pies a Chiclana.
JOSÉ LUIS RUBIO
No hay comentarios:
Publicar un comentario