Rolando Revagliatti
Gladys
En mi recuerdo Gladys eligiéndome
entre todas
Gladys en los cines conmigo
por las noches
Una tarde, desnudas
con su Nikon
ante un espejo
nos fotografiábamos.
Siete ni
Ni perro ni gato
que me ladre o maúlle
Ni esposo ni novio
que me hable o golpee
Ni un fantasma Benito
que me asuste
Ni padre
ni madre.
¡Diosa!
Dios me trajo al mundo
inmejorablemente
ataviada
Produje
estupor
Y estupro.
Lo acepto: supongamos
Lo acepto: supongamos
que yo soy mortal
y que moriría, por lo tanto
mi belleza
¿Y entonces?
¿Cómo articularle
algún remoto sentido
a esta inconcebible
atrocidad?
Si usted aquí
Si aquí
sin usted
yo estaría
perdida
(guárdese su sonrisa)
usted aquí
sin mí
no estaría
encontrado.
Yo no estaba cuando fui
No me quedé conmigo
al irme con él
Yo no estaba como
para irme con él
No me quedé conmigo
para irme con él
No me llevé con él
al irme con él
No estuve conmigo
cuando estuve con él
Ni estuve con él
cuando estuve con él
para no quedarme
demasiado
conmigo.
Morir como
Morí como una mujer
—que es como morir
como un hombre—
Morí también como un perro
—que es como mueren también
otros animales:
morí, entonces, como tantísimos animales
que mueren como un perro.
Descendencia
Tengamos un bebé, Francisco
para tener la satisfacción, Francisco
de tener un bebé, Francisco
Tengamos la satisfacción, Francisco
de tener un bebé, Francisco
para que tengamos la satisfacción
Tengámoslo para tener, Francisco
la satisfacción de tenerlo, Francisco
al bebé.
ROLANDO REVAGLIATTI -Argentina-
Publicado en la revista Almiar
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