¿Quién se comió la manzana?
preguntole Jehová a Adán
y contestole el rufián:
a Eva le dio la gana.
Con mala intención humana
Eva culpó a la serpiente
de haber sido impertinente
por dar maldito consejo
a su marido pendejo
del que jamás se arrepiente.
Fredo
I
Hubo un día un paraíso
dicen, arriba del cielo
tan dulce cual caramelo
y Dios allí, crear quiso.
Creó un mundo muy preciso,
hizo al hombre en buena gana
y a la mujer, como hermana
fue una gran desobediente,
hizo caso a la serpiente,
comió del árbol prohibido
y hasta ahora no es sabido
¿quién se comió la manzana?
II
El lío ya se formó
al haber hombre y mujer,
ya se puede suponer
la merienda que se armó.
Ya todo se les torció
porque Eva engañó al galán
y, tan bueno como el pan
al hombre le parecía;
viendo lo que sucedía
preguntole Jehová a Adán:
III
¿Quién pues ha sido el valiente
que comió de lo prohibido
y habiéndolo esclarecido
ha sido desobediente?
--Vuestro estigma está en la frente
iréis abajo y el pan
con sudor y vuestro afán
alimentaréis los hijos,
son mucho más que acertijos--
y contestóle el rufián:
IV
No Señor, yo no pequé
fue Eva quien me empujó
a comer lo que comió
y yo solo, me dejé.
Aun no sabiendo porqué
probé y me supo a campana
que tañe por la mañana
anunciando nuevos cánticos
y así, siendo ya “románticos”
a Eva le dio la gana.
V
¿Por qué me diste mujer
si ha de ser mi perdición?
No puedo darle plantón
a lo que he de agradecer.
Los dos fuimos con placer
a comernos la manzana
pero la idea malsana
fue de Eva que no fue mía
por tanto, ella lo haría
con mala intención humana.
VI
Entre paseo y paseo
Dios estaba acongojado
haber creado ganado
en lugar de un buen recreo.
Eva con su campaneo
le llevaba la corriente
hasta que cruzando un puente
vio aquel árbol tan frondoso,
comió del fruto jugoso
y Eva culpó a la serpiente.
VII
No supo donde esconder
sus vergüenzas ante Dios
haber pecado los dos,
no eran ya de merecer.
Eva iba a padecer
por su culpa, el pertinente
castigo, que era inherente
a los dos, en este caso,
lástima por dar el paso
de haber sido impertinente.
VIII
En seis días creó el mundo
y se tumbó a descansar,
Dios, cansado de pensar
ya se sintió furibundo
Nunca creyó, moribundo
hombre huyó como conejo
ya que, sin ningún cortejo
hombre tomaba mujer
y habría de padecer
por dar maldito consejo.
IX
Eva pronto se da cuenta
del mal que ella pudo hacer
y maldijo su querer
pues no le saldría renta.
Mas picante que la menta
le pareció el entrecejo
que el hombre puso, su espejo
bien reflejaba el pecado
habiéndole traspasado
a su marido pendejo.
X
Ha pasado mucho tiempo
y el hombre y mujer pelean
para que no se les vean
quien de los dos va a destiempo.
Si todo fue contratiempo
habrá que pasar corriente
del río que ya saliente
surca la mar del deseo,
ese tiempo es Mausoleo
del que jamás se arrepiente.
Isabel Diez Serrano
Publicado en Pensamiento
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