Hemos pisado los vientos y las tildes de las floras,
en la cabaña del alma,
y en la brisa del otrora,
porque soñamos un sueño,
sin distancias del ahora.
Hemos de vivir más vidas,
fundidos en ese beso que por siempre hemos bebido,
en la copa del amor y nuestro soñar ferviente,
vino de nuestros pasados,
de nuestra esencia en las ramas,
de los árboles floridos.
Somos beso de otro tiempo,
dejavú de nuestro expreso,
cabús, en el fractal del helecho,
mística fusión de albores,
en la esfera de los tiempos,
dos destinos engarzados,
dos almas enamoradas,
de la inefable corola,
del festín de los amores.
Y así amado mío,
en la eternidad del orbe,
me he bebido la bruma,
las estrellas y los soles,
en la lluvia “embrujosa” de una tibia cavidad,
contigo, amor de mi vida.
Contigo en la eternidad.
Hortencia Aguilar Herrera -México-
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