Indago cada opción, cada camino
fluyendo hacia tu incierto paradero,
por un signo vital del verdadero
latido que revele tu destino.
No sirven mis augurios. Si adivino,
me aventuro a adoptar falso sendero.
Detesto exploraciones, sólo quiero
llegar, y pronto, al punto en que me obstino.
Te fuiste un día, y te arropó la sombra,
y si mi voz, en orfandad, te nombra,
no obtengo otra respuesta sino el eco.
Busco un rumor ligero en la distancia,
una huella, un matiz de tu fragancia,
que renueve mi espíritu reseco.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-
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