EL MAYORDOMO TRAÍA DORMIDA LA CABEZA DE LA MUJER INFIEL EN BANDEJA DE PLATA
La leche de sus columnas
persas se quedó lívida,
con muslo ausente.
Se estrangularon las
cinturas de las doncellas.
¡Cómo me duelen
tus gargantas cercenadas!
¡Cómo aullan las piernas
descompuestas en pedrería!
Las ambrosías de los
golosos labios son ya de
ladrillo petrificado,
tus pechos cenizas de polvo blanca,
navajas oxidadas tus
dientes, manantial de
colillas tus ojos ya
como ceros locos en la
carretera muerta.
Sólo, entre la fría
plata chorreante,
quedó pensativa y
dulce tu boca
como luna roja.
JUAN EMILIO RÍOS VERA-Algeciras-
DE FACEBOOK - 6140 - CAMBIÉ FOTO DE PORTADA
Hace 21 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario