SEÑORA DEL CUERPO
La muerte es gloriosa
del cuerpo más fuerte,
pero Dios desnuda
el alma a la muerte.
Cuando más sosegado me encotraba
por el mundo cruzando mi camino,
la muerte amenazante me indicaba
la berrera final de mi destino.
Mi paso por la vida se ultimaba
y un fantasma con aspecto de asesino,
con su risa sarcástica anunciaba
el sosiego final para mi sino.
Pasamos por el mundo día, a día
cavilando en la muerte y lo pactado
de acatar su tutela quieta y fría.
Ven ¡llévame! por mí, "¡todo aceptado!"
a mi cuerpo has vencido en la porfía:
pero el alma es de Dios: ¡te ha derrotado!
Del libro Nostalgia de Manuel Cornejo González-Madrid-
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Hace 1 día
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