Sobre la piratería aérea y otros asuntos
Junta de Fomento de la Isla de Cuba.
Negociado de Marina.
Legajo 90.
Expediente 3805.
Excelentísimo Señor, Capitán General.
Redacto este informe con vistas a esclarecer, con todo respeto ante Vuestra Señoría, los sucesos ocurridos el pasado mes de noviembre. Informada nuestra capitanía de las depredaciones que cometían en las cimas de la Sierra Maestra varios piratas se acordó mandar una fuerza para apresar y destruir a estos filibusteros de las nubes. Para cuyo efecto se me destinó para capitanear un escuadrón conformado por una fragata aérea, un bergantín aerostático y un dirigible cuter.
Desembarcamos todos nuestros escuadrones de infantería de marina al mando del teniente Martínez-Páez. Luego de desplegar a sus hombres por el lugar nos hizo señal de que podíamos aterrizar en paz. El lugar había sido abandonado hacía ya tiempo pero la soldadesca encontró restos de rocas de helio, como es bien sabido por Vuestra Excelencia es el mineral requerido por los dirigibles para lograr un gas más liviano que el aire.
También encontramos en el palenque a un hombre ciego que decía ser esclavo de un inglés que provenía de la Havana y que resultó muerto por los hombres del palenque. Al parecer había sido dejado atrás por sus compañeros al considerarlo una impedimenta. Nos dijo que su antiguo amo estaba explorando aquella zona de la Sierra Maestra en busca de una montaña de mineral de helio. El esclavo aseguraba que su amo, un supuesto hombre de ciencia inglés radicado en la Havana aseguraba que una de las montañas de esta zona de la siempre fiel Isla de Cuba poseía un corazón de mineral de helio.
Fue en vano explicarle que el mineral de helio proviene de los espacios siderales y que solo puede ser encontrada una veta del mineral buscando en meteoritos. Pero no se podía esperar menos que tozudez por parte de un esclavo inglés de la parte occidental de Cuba.
Antes del atardecer partimos llevando con nosotros al esclavo. Pese a ser ya tarde una niebla lo cubría todo. Como volábamos sobre la sierra la navegación se hacía difícil debido al temor de los navegantes a encallar en algún pico rocoso. Como en efecto fue la suerte del dirigible cuter Nuestra Señora de la Merced. Al no distinguir una de las cimas colisionó con las rocas y la nave zozobró al perder el aire más liviano que la atmosfera.
Pronto procedimos al rescate de los sobrevivientes y casi por casualidad nuestros exploradores dieron con un campamento pirata abandonado en la ladera de aquel pico. Encontramos pronto una mina y varios utensilios de excavación. Nos resultó imposible la exploración de la mina en cuestión debido al estado de abandono de esta temiendo nuestros ingenieros un derrumbe que nos causaría ya más bajas.
Ruego a Vuestra Señoría que no dude en oficiar con el Sr. Comandante General de la Marina, y al propio Capitán General, a fin de que se envíe una expedición con más dirigibles y combustible a esas lomas. No solo para de este modo acabar de una vez con esa canalla que depreda nuestro comercio aéreo. Sino también para averiguar cuanto hay de cierto sobre la existencia de una posible veta de mineral de helio en esas lomas. Veta que, pese a estar en actual posesión de los piratas, bien podría ser objeto de explotación por parte del gobierno inglés de la Havana y el resto de las colonias inglesas de occidente más allá de la trocha de Villa Clara.
Adjunto a esta carta las muestras del mineral encontradas en la mina para que los expertos determinen si se trata de mineral helio en estado puro.
Sinceramente suyo.
Capitán de navío José de la Hoz y Pérez.
Santiago de Cuba y Diciembre de 1822.
Erick J. Mota(Cuba)
Publicado por la revista digital Minatura 116
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