(Soneto)
Ya siento a la lluvia, que se ha tornado transparente
entre la niebla fría y gris, que temblando y solitaria
triste se aleja y se pierde, en tu crepúsculo doliente
cuando cubres las estrellas que se apagan en tu nada.
Así eres tú la lluvia, vienes vestida de azul de santidad
y gritan tus fríos silencios, que me aturden los sentidos
siento en mi alma tu triste gris, albergue de mi soledad
vivo en tu manto como sordo en una multitud de gritos.
Te amaré, como aman tu agua los sedientos y mendigos
extraviado en la fría alquimia de mis sueños y derrotas
triste, en la humildad de mis largos otoños, ya vividos.
Bajo tu lluvia fría y desmayada mi cuerpo y mis heridas
mi alma se dormirá, sobre todas mis esperanzas muertas
entre el gris de tu lluvia fría, en mis soledades sin vidas.
Manuel F. Romero Mazziotti -Argentina-
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