Ella, tras mirarse y mirarse con él, un desconocido, cruza el salón y al sentarse a su mesa deja los guantes sobre la mesa entre ellos dos. Él agarra el derecho para saludar con la caricatura de un apretón. Todo es silencio. Y ante la prolongación interminable del silencio, así callados se levantan para separarse. No advierten que él se lleva en su derecha aún agarrado el guante de ella.
Del libro Bla bla bla bla bla sobre el amor de
FRANCISCO GARZÓN CÉSPEDES
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