Dormir de a poco dejar de respirar cuatro minutos cuando todo queda en nada, el silencio negro traza vacío en siluetas, suspiros dan la espalda a la clara visión de la noche el sol fiscaliza miradas opaca emociones absorbe alegrías, canaliza sonrisas náufragas envueltas en lágrimas nuevas.
Dejar de suspirar es empezar a crear nuevos mundos visitar islas y monologar, jugar con peces y duendes polemizar con recuerdos de sirenas con arena en los ojos ahuyentando misterios llenando espacios de tambores anunciando hasta nunca que se asfixian en oscuridad, en espinas sin rosas latiendo en audios verticales, es nacer en vértigo y vacío, es empezar a escribir historias en páginas blancas de olvido es tristeza distraída que adormece ideales con raíz, es no ver jamás tus ojos conmigo es irme sin Aprisionar tu Voz.
LILIANA QUINTO LAGUNA -Perú-
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