Bailemos un bolero bajo el frío de la madrugada
pues mi piel piensa en ti
y mi alma quiere anudarse al aroma a pino fresco de tu nombre,
caminemos desde el Igua Bar hasta el parque,
con tu aliento en mis labios y mi tristeza engastada a tu piel,
y besémonos por nuestras calles,
marquemos cada una con nuestras caricias,
subamos al Fuerte para ver los cocuyos que cuentan nuestros besos
y volvamos a caminar por la Avenida, protegidos por los samanes que te esperan,
con tu voz bailando con las guajacas y tu mirada destellando en su verdor,
vayamos de mi casa a la tuya con los labios alegres por las canciones que marcaron nuestra infancia,
abracémonos hasta que nuestras almas ya no sientan nostalgia
y volvamos a besarnos
como si no fuéramos a morir…
Victor Diaz Goris
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