Tardes de invierno
envuelta en cielo
en hoguera
a tu mirada
como redes
que olean mar...
Centellas de alma inquieta
postrada al viento
pintando el horizonte
de brisa corporal,
cuando a oceánico
galope azul le amo.
Íntima ansiedad
prendido en desnuda verdad...
Alma reflejada al regazo
que olea pasión,
a blancos senos
en vientre ilusión.
Descanso mañanas
de sed tuya
mojando sus labios
en tiempo silencioso mía,
tardes de invierno
en dulce mirar.
José Nieto
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