jueves, 5 de enero de 2017

MARIANA PINEDA


Con la belleza por vivir vestida,
Mariana, semillero de lealtad,
luchó por implantar  la libertad
en una tierra  gris y corrompida.

Indócil  oleaje fue la vida
de esta heroína, cálida en bondad,
que, como luz de generosidad,
amanecía  más fortalecida.

Sol de mujer,  deidad  cautivadora,
que atesora la savia de esa aurora
nueva  que sale invicta del fracaso.

Hoy, el hombre  camina tras su huella
que sobre el mundo, con amor, descuella
para esplendor y gozo de mi ocaso.

Del libro Mi Granada de Carlos Benitez Villodres -Málaga-
Publicado en Pensamiento poético

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