Ver el horizonte
y construir un castillo de esperanza,
un cielo de amor;
tocar lo infinito,
sentir el alma en su danzar
con la melodía que el corazón toca,
surcar el universo en cada respirar,
hacer más fuerte la fe,
luchar por lo que quieres y jamás mirar atrás.
Apreciar la delicadeza de la brisa abrazar tu piel,
mientras el susurro de Dios toca tu ser,
descansar en los brazos del amor puro,
el abrir los ojos del corazón,
y nunca dejar de soñar.
CÉSAR TORRES -El Salvador-
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