lunes, 28 de diciembre de 2015

Y LA LLAMA BROTÓ


No recuerdo cómo brotó la llama
ni el nombre del lodo de los días.

Fuimos uno en la distancia
y buscamos la fe en los recovecos
de nuestras manos.

No recuerdo las raíces
ni el resquemor ni las heridas.

Fuimos todo y nada
y otra vez todo
y otra vez nada.

No recuerdo qué senderos
ni quién sabe ni cuando.

Fuimos lo que siempre seremos
aunque nuestros besos
solo sepan a distancia.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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