Trabajo día y noche,
principalmente en la noche.
Ayer los sueños volvieron
repitiendo su nombre en mi pulso.
Mi hijo autista se queja:
¡Todo se fue!
¡Todos se fueron!
Primero mis hermanas,
después mi padre.
Entonces vino mi padrasto
con su aliento de tabaco,
sus cicatrices de sombras psicológicas
y sus miedos..."
Y también se fue.
Tuve un marido durante algún tiempo
y en las tardes, mis hijos reían
mientras yo trabajaba feliz...
Ahora, no! He perdido ambos,
mi empleo y mi marido.
Mi hijo limpia las hierbas
sobre la oscura tumba
y veo el nombre de un triste poeta
que ha sido expulsado
del paraíso terrestre.
Y apago su memoria
de esta vez
en la carne de mi pecho.
Teresinka Pereira
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